Hola a todos,

Esta es la página de un médico de familia "cabreado" que se ha convertido en delincuente de la noche a la mañana por intentar hacer lo mejor posible su trabajo y querer conservar su independencia... si si sí un FUNCIONARIO, aunque en los tiempos que corren parece ser mejor ocultar este dato...

Mi aspecto pretendo que siga siendo un enigma para vosotros, pero todos los contenidos son 100% mios, o al menos comparto completamente la opinión del autor.

ESPERO VUESTROS COMENTARIOS.

viernes, 26 de agosto de 2011

A propósito de un debate (aún abierto)…

Después de leer el penúltimo comentario de un “grupo de reflexión” en el que ando metido (hasta ahora desde la barrera) y que giraba en torno a las intervenciones en un foro sobre ética con unos ponentes, de lo más variopinto, relacionados con la salud, se me ocurrieron algunas ideas...

Muy interesante sobretodo la intervención de Begoña Román, a la que no conocía pero de la que pienso leer más desde ya...

Pues a lo que iba… una compañera, respondía criticando casi todo de todos los ponentes, poniéndolos a todos en el mismo saco… para mi gusto con una dialéctica bastante poco constructiva. Justo después de leer su mensaje, y aprovechando que tenía algo de tiempo, escribí unas ideas… hoy lo he vuelto a leer y ¡vaya!, no está tan mal… esta es mi reflexión, no es más (ni menos) sesuda que otras miles que circulan por ahí… pero es la mía.

“¿Hemos construido un mundo que no tiene vuelta a atrás?… y con eso me pregunto si vamos necesariamente a la autodestrucción. Personalmente creo que estamos a tiempo de cambiar, pero este cambio será difícil pues (este – nuestro mundo) tiene tantas “trampas” que hace imposible cambiarlo de arriba debajo de un plumazo. ¿Es necesario un cambio completo?, probablemente es necesario un cambio profundo pero creo que no hay que olvidar que “nuestro tiempo” es fruto de un proceso histórico (no ha aparecido así de la nada) y probablemente los determinantes que nos rodean no sean tan fáciles de cambiar porque están demasiado arraigados y aunque sean irracionales e injustos conforman la cotidianidad de muchísima gente (no solo de los más poderosos), que va a resistirse a al cambio. Es algo grabado a fuego en la identidad (individual y colectiva) de todos nosotros y contra eso es, creo, imposible luchar (y tener éxito). Con esto quiere decir que los cambios a los que debemos aspirar tal vez no sean para cambiarlo “todo” (todito todo), si no con el objetivo de ir introduciendo algunos cambios parciales pero significativos que con el tiempo permitan cambiar el escenario para conseguir cambios más profundos. Creo que nuestra actitud debe ser didáctica, explicando, a todo el que quiera escuchar, los cambios a los que queremos aspirar. Pero para eso hemos de tener claro cuales son nuestros objetivos finales y también los intermedios, y en mi opinión actualmente no tenemos una hoja de ruta clara. Solo espero que el tiempo nos alcance para poder cambiar el rumbo… pues si no lo hacemos no creo que tengamos muchas más oportunidades”.

Releyéndolo ahora creo que tal vez plantear objetivos racionales sea condenarnos al fracaso… ya se sabe, en el zoco en que se ha convertido la escena política, cualquier movimiento que pretenda forzar algún cambio debería iniciar el consabido regateo pidiendo la luna para poder llegar (tras las rebajas) a algo que se parezca mínimamente a lo que busca conseguir. Si se hace de otro modo tal vez acabe siendo tan descafeinado que no sean capaces de reconocerlo al final del proceso.

domingo, 14 de agosto de 2011

It’s the end of the World as we know it…

Iba a titular la entrada de hoy como “Los políticos no saben de historia…” pero he preferido ponerle el título de una canción porque tal vez (ojala) estemos ante el final del mundo como lo conocemos y el principio de otro mejor. Llamadme idealista si queréis.

Y digo que los políticos no saben historia porque hay muchos ejemplos parecidos a la situación actual que llevaron a cambios radicales en el pasado. Si se insiste en continuar por el camino de desmantelar los sistemas que soportan a la sociedad civil, la pobreza y las desigualdades sociales extremas, antes y ahora, generan violencia. Y encender este fuego es muy arriesgado porque no siempre se puede controlar… Más después de un tiempo de bonanza a costa del endeudamiento de las familias (no lo olvidemos), en este país ya superamos el 20% de pobreza, personas que no alcanzan unos ingresos mínimos para sobrevivir. ¿Cómo se le explica a alguien que después de venderle la moto de que todo era posible (con dinero) este se ha acabado para él?, ¿con buenas palabras?...

Tal vez acaben pensando que la solución es una gran guerra. Ya fue el camino por el que se transitó en otras crisis anteriores: se controla la población, se estimula la producción de armas y se destruyen muchas cosas que “no son de provecho”… después se reconstruye lo destruido con esquemas “nuevos” y se vuelve a estimular la economía. Los “daños colaterales” ¿dónde van? ¿en la columna de gastos o de beneficios?.

Los políticos no están sabiendo estar a la altura en esta crisis y se han convertido en marionetas de las finanzas (“los mercados” y su histeria). Tengo miedo que el razonamiento anterior, materialista y que no tiene en cuenta al “factor humano” acabe teniendo su hueco.

Tal vez la única esperanza es generar cambio si provocar más destrucción. En mi opinión eso es imposible si no cambia el escenario actual, pues es imprescindible dar algo de respiro a los más pobres (pues no lo olvidemos que son pobres porque otros somos ricos y otros riquísimos, de cosas materiales claro) y también al planeta pues, a falta de otro, es en el que vivimos y tendremos que hacerlo hasta que podamos volar por el espacio (lo que actualmente es como decir hasta que los burros puedan volar). Nadie puede discutir que los humanos somos el mayor depredador de La Tierra y la irracionalidad capitalista, de producción y consumo sin freno, nos ha convertido en una auténtica plaga. Pero todos los sistemas finitos (y nuestro planeta lo es), no pueden soportar eso, sobretodo al ritmo desbocado de crecimiento que exige la macroeconomía. Pensar que podemos continuar así mucho más tiempo es suicida. Nos querían hacer creer que el tinglado era perfecto, pero si la rueda se para el sistema se cae y si por el contrario continua rodando no hay recursos para todos… Es ahí donde aparece mi miedo. La alternativa es frenar, pero no para bajarse sino para poder vivir... no sólo sobrevivir.

La ciencia ficción, género que, no lo puede negar, me gusta, casi siempre plantea el futuro como un tiempo de desigualdades, violencia, contaminación,… en fin, más de lo mismo pero más decadente aún. Va siendo hora que nos pongamos a pensar ya, entre todos, si hay alternativa a la polarización de la riqueza y la destrucción de la sociedad y el planeta porque si no, bajo mi punto de vista, si que será el final del mundo como lo conocemos… y a mí no me gustará (pese a todos los defectos que pueda tener). ¿Y a ti?.

sábado, 13 de agosto de 2011

Llamemos a las cosas por su nombre…


Hoy Guillem Pérez, Catedrático de Economía Pública de la Universitat Pompeu Fabra, escribe en El Periódico de Catalunya un interesante artículo sobre la financiación de la sanidad, entre otras cosas comenta que ya es hora de acabar con esa práctica “de siempre” de desviar a los pacientes de la sanidad pública a la privada, según él promovida por los mismos profesionales que desarrollan su actividad asistencial en los dos ámbitos. Efectivamente esa práctica era habitual en el pasado y aún sigue sucediente, lamentablemente, en la actualidad. De todos modos, en mi opinión, los que realizan ese “tráfico” son la minoría, pues trabajar para una mutua “por las tardes” tampoco es ninguna bicoca y las consultas privadas de antaño están francamente en extinción.

Estoy completamente de acuerdo en acabar con la hipocresía y creo que la mayoría de profesionales y los ciudadanos también lo verían con buenos ojos, aunque no coincido en esto de la “nocturnidad” pues todo el mundo sabe quienes son los corruptos y nunca se ha hecho nada para acabar con sus prácticas. Pero creo que se equivoca en otra parte de su análisis donde habla de “coger al toro por los cuernos”, y para argumentarlo recurro a los argumentos de Vicenç Navarro, Catedrático de Ciència Política i de l'Administració de la Universitat Pompeu Fabra, que defiende que los servicios públicos están subdesarrollados y poco financiados en este país. Recomiendo, encarecidamente desde aquí, leer sus artículos disponibles a diario en su página web, donde explica de forma muy comprensible las causas de la crisis y propone caminos alternativos a los recortes públicos.

Creo que el profesor Pérez está en lo cierto cuando dice que se ha de señalar las prácticas corruptas y sin duda también se ha de hacer mucho más eficiente la administración pública eliminando duplicidades, burocracia y mejorando la relación entre instituciones y departamentos. Y digo esto pues en otro interesante artículo en El País digital de Joaquín Villalobos, antiguo guerrillero guatemalteco y actual consultor para la resolución de conflictos comenta que “la hegemonía del mercado durante varias décadas impuso a la sociedad un sistema de valores donde la política fue señalada persistentemente como corrupta, ineficiente y burocrática. Los empresarios fueron considerados seres superiores, mientras que maestros, policías y servidores públicos pasaron a ser ciudadanos de tercera.”. Pues ¡ya basta!!!!. Los sistemas públicos tienen la obligación de mejorar (pues se puede mejorar) y la crisis es una oportunidad para hacerlo además de para corregir el retraso histórico respecto a Europa. Repito… es una oportunidad de mejorar el sistema, no de desmantelarlo.

Así mismo creo que se ha de exigir coherencia y sensibilidad social a los que tienen el poder político para que en lugar de realizar recortes indiscriminados estudien en que sectores y partidas se debe meter tijera y que otros hay que potenciar. Creo que la subida de sueldos de los profesionales sanitarios ahora es una quimera, pero tarde o temprano, habrá que acometerlo pues el éxodo de profesionales sanitarios hacia Europa continua y en 10-15 años un gran número de médicos catalanes tendrá edad de jubilarse. Pero lo que si es urgente ahora es elaborar un plan sobre el modelo de sanidad que queremos para Catalunya para los próximos 15 o 20 años, ¡basta ya de improvisación!!!!!!. No me refiero una comisión eterna que no llegue a nada concreto en un plazo razonable de tiempo, sino un grupo de trabajo estable donde se pueda llegar a acuerdos consensuados entre las fuerzas políticas y todas las entidades involucradas (profesionales, de pacientes, sindicatos,…) para buscar soluciones alternativas para la financiación presente y futura del sistema sanitario PÚBLICO. Pues, en mi opinión y espero que en la de muchos más, la sanidad no es otra actividad económica más… no es un negocio, debe seguir siendo un santuario donde el capitalismo salvaje ha de quedar al margen.

En mi opinión plantear recortes sin potenciar la Atención Primaria de salud es el camino seguro para colapsar el sistema. Algunos pensamos que este es el camino elegido, un camino muy estudiado previo a la privatización del sistema de salud, muy en la línea de la máxima ¿neo?-liberal de adelgazar el estado y eliminar los sistemas sociales de cohesión social. Señores, eso conllevará inestabilidad social y violencia pues la falta de expectativas de futuro lleva a la desesperación... y ésta no se puede contener con palabras. ¿Van a recurrir a la represión?. No con mis impuestos... si siguen por este camino preparense para la desobediencia en masa...

Hoy mismo también venia en portada de El País digital que “Defensa renegocia una deuda de 26.000 millones que no puede pagar. El plazo para abonar tanques, aviones y fragatas se alargará cinco años hasta 2030. Para atender los compromisos hacen falta 2.500 millones al año”. Con ese dinero se podrían hacer muchas muchas otras cosas... pero ese dinero también se podría sacar de otros sitios, en lugar de cargarlo sobre las clases medias y populares o recortarlo de los servicios públicos. Incluso Berluskha, fascista donde los haya “crea un impuesto adicional del 10% para los más ricos. Los italianos que superen los 90.000 euros de ingresos tendrán que pagar más”. Supongo que opciones parecidas y alternativas a la destrucción del estado del bienestar (sin malgastar), en este país,  siguen sin contemplarse…

Ahí queda eso.

lunes, 8 de agosto de 2011

Carta de despedida...

Adjunto el texto de la carta de despedida de un médico a sus pacientes.
Creo que recoge el sentimiento de muchos profesionales y de muchos más ciudadanos...

"Me despiden
A partir del 1 de Agosto no podré atenderles más debido a los recortes presupuestarios en sanidad proyectados por el Gobierno de la Generalitat. Según me han comentado en subdirección médica, el hospital de Bellvitge no tiene dinero para pagarme este verano. Ni a mí, ni a otros 56 médicos eventuales que, como yo, serán despedidos. Inicialmente el plan es recontratarnos en Septiembre-Octubre, con contratos renovables de mes en mes, sin derecho a vacaciones y posiblemente con una rebaja del sueldo. Estas opciones son casi una invitación a los médicos para que abandonemos la sanidad pública. Lo mismo está pasando desde hace mucho con enfermeras, auxiliares y resto de sanitarios que han visto empeorar sus condiciones de trabajo en los últimos años.
Estos recortes, junto con los realizados previamente y el actual cierre de hospitales, contribuirán a aumentar las listas de espera tanto para consultas como para quirófanos y a reducir la calidad de la asistencia hasta el punto que, quien quiera tener acceso a la salud, solo le quedará la opción de pagar un seguro privado. Además del gasto de ese seguro habrá que contar con que los seguros no tendrán la misma cobertura de salud que la sanidad pública. Eso será un gran beneficio económico para las aseguradoras de salud que tal vez ya se están frotando las manos pensando en los millones de euros que van a ganar aprovechando esta penosa situación. También será un gran beneficio para las arcas de los gobiernos que tendrán que gastar menos dinero en salud. Es decir, la salud de las personas es una carga para las arcas de los gobiernos. Pero entonces ¿para qué pagamos impuestos?
Resulta curioso que no haya dinero para pagar médicos pero si que hay dinero para un parlamento europeo, otro nacional, un parlamento autonómico, diputaciones y alcaldías (no se sin son necesarios tantos jefes). También hay dinero para pagar pensiones vitalicias, y bastante abultadas, a diputados y senadores. Yo personalmente prefiero tener un cirujano y un anestesista contratados que a una político en su casa felicitándose por lo bien que lo hizo cuando estuvo trabajando levantando el país. También hay dinero para mantener coches oficiales que por supuesto son coches de gama alta y para que nuestros eurodiputados viajen en primera clase porque se cansan si viajan en clase turista. Eso sin contar comidas, alojamiento y demás gastos. Hay miles de millones de euros para rescatar a los bancos de la crisis pero sin que luego se les pida que devuelvan el dinero que se les ha prestado, este préstamo es el que nos deja sin dinero para la salud y educación. Pero claro, los políticos y los bancos siempre son muy amigos y la economía de libre mercado intocable. ¿No hay dinero? Yo no me lo creo.
Sres. Pacientes. Luchen por su salud porque se la están robando. Con la excusa de la crisis, han quitado el dinero de lo más necesario en beneficio de unos pocos. Nuestra sanidad, se está hundiendo y no es por falta de dinero sino por puros intereses económicos. Tal vez acabemos como Estados Unidos donde, quien no se lo puede permitir, no tiene derecho a la salud.
Luchen por su salud. Pongan reclamaciones, pongan demandas judiciales, manifiéstense, asóciense, indígnense. Los sanitarios ya hemos luchado bastante, ahora les toca a ustedes. Quieren privatizar la sanidad y lo conseguirán si ustedes no lo impiden."

Yo no tengo nada más que añadir...